INFLUENCIAS DEL ENCAJE

El desarrollo del encaje de alta calidad se vio afectado por dos influencias paralelas durante el siglo XVIII; primero por los cambios en la moda de la ropa y en segundo lugar por los desarrollos estilísticos. Estas dos fuerzas dictaron el tipo de encaje que iba a tener el mayor apoyo de la moda en cada momento e incluso la manera en que los encajes secundarios iban a ser decorados.

LAPPETS Y ESTILO: 1690-1789

Las lappets son el grupo más apropiado de encajes en los que se basa la discusión del estilo, ya que han sobrevivido gran cantidad de ellas. Aunque muchas están ahora separadas de las capuchas o volantes que adornaron en su día, que eran más fácilmente adaptables a otros usos, pero  las lappets en sí mismas prácticamente no se han alterado. Sin embargo, es solamente su estado inalterado y su cantidad lo que les hace relevantes y el hecho de que casi en todo el siglo XVIII fueron el artículo más de moda y el mayor medio de imagen de riqueza y buen gusto.

Los tocados de encaje y sus lappets eran artículos tan valiosos y aunque, como la joyería con la que rivalizaban en coste e importancia, se mantuvieron en uso durante mucho tiempo y se transmitió de una generación a otra, en el momento de la venta reflejaban exactamente el estilo del día a día.

A lo largo del siglo XVIII los tocados de encaje sufrieron cantidad de cambios y desde mediados de la década de 1750 las lappets dejaron de ser una parte fundamental de los gorros de la ropa diaria, pero se continuaron llevando en los acontecimientos formales y sobrevivieron en una inquebrantable secuencia hasta finales de siglo.

Eran encajes estrechos en proporción a su longitud y tenían bordes irregulares condicionados por las curvas de pequeñas patrones por piezas por las que estaban formados.

Las lappets claramente del siglo XVIII no surgieron hasta que la renovación no volvió a preferirlas a primeros de 1710. Entonces estuvieron claramente influenciadas por las tiras de muselina lisa con las que entraron a competir y en algunos retratos no es posible distinguir unas de otras. Las lappets de moda en la década de 1720 tenían los bordes y puntas en recto y una forma ligeramente cónica de arriba abajo. La lappet de bordes de ondas y puntas redondeadas sustituyó a las de bordes rectos hacia 1730.

La densidad y los patrones asimétricos que estuvieron de moda en la década de 1730 dieron a las ondas un borde irregular, pero como los patrones se convirtieron en más formales durante la década, las ondas también. Estas lappets con marcadas ondas terminaron en la década de 1740, aunque a mediado de la década, las ondas eran menos marcadas y en la década de 1750, los lados eran solo ligeramente onduladas.

LAPPETS Y DISEÑOS DE SEDA: 1700-30

Algunos cientos de lappets han sobrevivido y de estas no hay dos iguales.

La adopción del nuevo estilo por los líderes de la moda afectó a todos los países. El reto fue encontrar mayor éxito para las encajeras flamencas. Su encaje de bolillos tenía la opacidad de la muselina aunque solamente con los diseños apropiados. El mercado flamenco finalmente se adaptó a las demandas de sus clientes franceses e ingleses y los diseñadores abandonaron los estilos Berainesco del encaje de aguja francés y volvieron a inspirarse en los diseños de los tejidos de seda franceses.

El florecimiento de la industria de la seda francesa fue reconocido por la creatividad de sus diseñadores, habían creado un nuevo estilo: El Bizarro. Entre sus características estaba su inquieto movimiento de lado a lado y su uso de flores exóticas y extrañas formas, pero durante los 20 años o más que se mantuvo de moda estos componentes se usaron para crear distintas variantes. Al principio los patrones eran pequeños y lineales y mantenían algunos elementos de las sedas barrocas que los precedieron, con flores y frondosos tallos, que reflejan los que encontramos en las sedas de la década de 1660; las mismas flores también aparecen en los encajes flamencos de los dos periodos.

Las encajeras flamencas copiaron los patrones de seda de fondo adamascado en medio punto matizado, y también adoptaron los motivos curvados y de plumas de las sedas que, aunque se encuentran en todos los encajes del primer cuarto del siglo XVIII, se convirtieron en una característica destacada del encaje de Bruselas.

Sobre 1705 los diseños de seda se hicieron más densos y se introdujeron extrañas formas acanaladas matizadas (inspiradas en textiles orientales) esta densidad que durará 15 años o más coincide con la moda de los accesorios de muselina y juntos estimularon la creación de alguno de los más bellos encajes del siglo XVIII.

Aunque generalmente trabajado en un ancho de solo 3 o 3,5 inches, los diseñadores de encaje eran capaces de reproducir todas las características de la densidad de las sedas bizarras.

De hecho, fue el encaje el que copió a las sedas y no al revés, pero los dos estaban estrechamente relacionados y esta relación dio como resultado los encajes de maravillosos motivos del segundo cuarto del siglo XVIII.

Fueron las lappets flamencas las que mejor encajaron con las sedas; se usaban siguiendo la moda y se las veía muy cercanas a las sedas, tanto como el miedo de los comerciantes de Bruselas, Amberes, Mechlin o Valenciennes después de que las últimas modas indicaran que sus diseños habían cambiado con la misma frecuencia que los de las sedas.

 

 

Fuente: LACE. A HISTORY de Santina M. Levey

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