LA INDUSTRIA ENCAJERA INGLESA

La industria encajera inglesa se parecía a los centros secundarios franceses, aunque un importante porcentaje de la población estaba ocupado en hacer encaje la industria realizaba ningún desarrollo, estaba satisfecha concentrándose en la parte más baja del mercado con piezas más baratas y poco originales.

El encaje inglés se vendía en todo el país, en Norte America, en los lugares a los que expandió el imperio británico e incluso llegaba a Europa.

En 1698 se estima que había en Inglaterra más de 100.000 encajeras. La mayoría en los dos principales centros, Honyton y Newport Pannell. Estos dos centros tienen multitud de localidades encajeras en su entorno; como la industria de Devonshire, Wiltshire y Blandford que canalizan sus productos a través de Honyton. La industria de Midland estaba centrada en Newport Pannell y se extiende hasta Buckinghamshire, Bedfordshire y partes de Oxfordshire. En los tiempos de máxima demanda estas áreas se expandieron más allá empleando más población, incluso los hombres hacían encaje.

La crisis de 1700 no afectó a Inglaterra tan duramente como al resto de Europa ya que sus productos eran usados principalmente en prendas para dormir y en ajuar doméstico; pero sí se benefició del cambio del encaje de aguja de Francia e Italia por el suave encaje de bolillos de Flandes. El encaje de Mechlin era particularmente popular en Inglaterra y las encajeras de los condados de Midlands hacían un encaje que se asemejaba mucho, diseñado para usarlo junto a piezas originales.

La relación entre el encaje inglés y el encaje de Mechlin parece evidente ya que empiezan a utilizar el anglicismo Machlin o Macklin para denominar este encaje de imitación; aunque esto parece confuso en los registros de la época, ya que a los comerciantes que vendían Macklin se les llamó “Macklers”, antigua palabra inglesa que designaba a los vendedores de productos tejidos.

Entre las piezas que han sobrevivido de finales del siglo XVII y principios del XVIII es difícil identificar encaje inglés Macklin, pero hay algunas puntillas y lappets de la década de 1720 que, aunque técnicamente están cerca del encaje de Bruselas de esa época, sugieren por algunos inocentes diseños, y por el hilo más grueso y suave con el que están hechas, que son inglesas.

Esta lappet tiene un diseño demasiado pesado y burdo para ser un encaje de Bruselas, aunque con una clara influencia de él, y las líneas que forman algunos de los motivos están relacionadas con el encaje inglés de la década de 1630 y el encaje de Honiton del siglo XIX.

La restricción de la etiqueta de “Inglés” a estas piezas de evidente segunda categoría es quizá injusta y excluye completamente al encaje de Midland del tipo Mechlin. Los únicos encajes de la primera mitad del siglo XVIII que se pueden adjudicar seguramente a la comarca de Midland son pequeñas puntillas de estilo flamenco que se usaban en la ropa de los bebes, que se hacía localmente y se adornaban con encaje ingles relativamente barato. FOTO 285

La industria inglesa fue golpeada por los cambios de estilo hacía 1725; les era más difícil producir encajes delicadamente diseñados en los que los fondos juegan un papel importante; además la moda prefiera a los encajes extranjeros para piezas más anchas.

En 1739 se teme por la desaparición del encaje inglés y se hacen grandes esfuerzos para mantenerlo, como persuadir a la nobleza y alta burguesía para que compre encaje inglés, varias sociedades convocan concursos a las mejores piezas de encaje inglés desde 1751 y también se le pide ayuda a la corona para que muestre interés por la industria encajera, y en 1764 el rey encarga todos los encajes que se llevaran en la boda de su hermana, la Princesa Augusta.

El tercer cuarto del siglo XVIII fue el más próspero, debido en parte a la gran cantidad de encajes de todo tipo que se usaban, y en parte a un reforzamiento más riguroso de los controles a la importación.

No era fácil para las encajeras inglesas copiar el fino encaje del continente, pero en ese momento comienza una moda paralela de encaje muy abierto, relativamente basto de seda o de lino. El encaje se hace en tiras estrechas que se unen para hacer piezas bastante grandes como las capas con capucha que se llevaban las mujeres a mediados de siglo. Nace el término encaje “trolly” (o trolle) para este tipo de encaje inglés, se desconoce si deriva del término flamenco “drol” que significa hilo basto o de la palabra “trolies” de Bruselas, que se refiere al fondo de barras de este encaje. Es más probable que el nombre se utilizara en Flandes para referirse a un encaje basto del tipo Mechlin con un cordón grueso alrededor de los motivos, y que este tipo de encaje fuera el que llevaron con ellas las encajeras que se refugiaron en Inglaterra.

La industria encajera inglesa, al igual que las del continente, era una industria artesanal que dependía del trabajo de mujeres y niños y asociada con un perfil pobre. Los trabajadores de cada población estaban organizados por un intermediario local o pequeños comerciantes, que combinaban sus actividades encajeras con atender sus tiendas de venta.

El declive de la industria inglesa comienza durante la guerra de Independencia Americana (1773-82) que destruyó las principales vías de mercado marítimo, justo cuando la moda europea adopta el uso de muselinas y gasas en lugar de encaje. Asociado al desarrollo del encaje inglés, en concreto al de los condados de Midlands, está el encaje hecho por los colonos en América. Aunque la mayoría del encaje que se llevaba en América era importado, algunos colonos se llevaron sus almohadas con ellos e hilos finos para hacer encaje, esto aparece en las listas de mercancías de muchos barcos en la segunda mitad de siglo. Como la guerra había dañado el mercado con Inglaterra, esto animó a los estados unidos a hacer su propio encaje con carácter comercial.

 

 

Fuente: LACE. A HISTORY de Santina M. Levey

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2 comentarios en “LA INDUSTRIA ENCAJERA INGLESA

  1. Buenas noches, soy médica, pero siempre me han gustado las manualidades, sueño con sumergirme en ese hermoso arte, será que puedo aprender , estaría dispuesta a viajar por una o dos semanas desde colombia sur America, tengo 55 años.

  2. Hola Rose Mary. Sí, el encaje de bolillos es un hermoso arte que engancha y se convierte en tu compañía y apoyo. Por supuesto que puedes aprender, como todo en la vida. No es un arte complicado pero sí laborioso y largo de aprender, por lo que con dos semanas sólo podríamos empezar a «dar nuestros primeros pasos» pero hay que empezar. Siempre serás bienvenida aquí y también te animo a que busques información o clases online que te sirvan de comienzo y apoyo. Un abrazo.

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